Blog (Bitácora, si se prefiere) del Padre (que lo es) Don Francisco de Paula Gálvez e Inchausti y algunos de los heterónimos que con él transitan: Pakito Grillo, El Profano, Bruno Jordán,, etc. Editado a trancas y barrancas, anárquica y aperiódicamente sin ánimo de ofender (o sí, quién sabe) ad maiorem gloriam de las cuatro (o ninguna) neuronas que le restan, o al menos así se supone por los menos entendidos, al escribidor que esto subscribe.

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viernes, febrero 17, 2012

EN LOS MADRILES

Mucho tiempo, demasiado, ha transcurrido desde la última visita a mi pueblo, Madrid. A fuer de ser veraz lo echaba de menos, por más que nunca hubiese dejado de saber de la gente que me interesa aunque ellos y ellas, en muchos casos, ni lo supieran, pues estas cosas de la técnica son de mucho provecho en la distancia; asimismo, a cuatrocientos kilómetros, seguía por los mismos medios los entresijos politicourbanísticos que convierten a esta sufrida villa en enferma crónica.
Venía ayer con cierta curiosidad y me llevaré cuando vuelva el domingo a Extremadura tal amalgama de impresiones que dudo quepan en mi reducido meollo. Llámanme,en primer lugar, la atención los cambios introducidos por Sor Álvarez del Manzano y el Faraón Gallardonofis en mi barrio, Arganzuuela, un marasmo de túneles y pisos invendibles, fábricas desaparecidas y tráfico infernal, con más gorrillas de la ORA que habitantes. Por otra parte, estoy recuperando el sano contacto directo con las personas a las que quiero, constatando que la mayoría se conserva mejor que yo, lo cual, sinceramente, me alegra sobremanera, y con ello se me pasan las ganas de masacrar especuladores y políticos cómplices (acción que a mi edad no pegaría mucho)
Un solo día en Madrid y, aunque estoy como un paletito con los ojos my, pero que muy, abiertos, y ya reconozco y vuelvo a hacer mío todo..

viernes, febrero 10, 2012

CANCIÓN TRISTE DEL DESAPEGO

Harto de figurar en las engañosas estadísticas que nutren los estómagos ensotanados, decidí en su día dirigirme a la Jerarquía de esos señores manifestando mi intención de apostatar y ser borrado de sus censos, pues si bien era bautizado, lo fui sin mi aquiescencia y a muy temprana edad abandoné las prácticas religiosas, que consideraba un menosprecio a mi dignidad e inteligencia. Lo que podría parecer un gesto testimonial, era en verdad un hecho realizado con profunda convicción y para nada aislado: desde mi adolescencia el desarraigo ha sido una constante buscada a veces y otras no, pero siempre con plena consciencia. Desclasado tempranamente, despegado de lazos familiares, itinerante en lechos y techos, definitivamente autoexiliado de mi pueblo (Madrid), he abandonado hasta el alcohol. Lo único que se mantiene desde el primer momento de mi pubertad es mi amor por la libertad propia y ajena, un radical igualitarismo y un acendrado espíritu solidario que me mantiene comprometido pese al desánimo que me va corroyendo como la carcoma.
Pensaba que no me quedaba nada por abandonar. Iluso. Hoy, en un arrebato, he decidido renunciar a España. No es rabia ni rencor. No existe resentimiento alguno, porque a todo se acostumbra uno. Lo que siento es amargura y un tremendo y paralizador sentimiento de vergüenza Me avergüenzo de haber sido ciudadano de un país que absuelve y ensalza a los corruptos y condena a quien los investiga; un país en que puede ser delito proteger los derechos de las víctimas de genocidio; un país que llora amargamente la desaparición de ese "gran demócrata" que fue responsable de lo de Vitoria y fue ministro en tiempos de condenas a muerte y defenestraciones y luego hizo de Galicia Corleone; un país que tiene de ministro de Defensa al presidente de la compañía que nos vende misiles y de Economía a un broker de Lehman Brothers; un país que expedienta al juez que investiga al yerno del rey; un país en que se borran de un plumazo los avances sociales de treinta años...
No. No quiero pasar la vergüenza de declararme español. De esta me hago apátrida