Blog (Bitácora, si se prefiere) del Padre (que lo es) Don Francisco de Paula Gálvez e Inchausti y algunos de los heterónimos que con él transitan: Pakito Grillo, El Profano, Bruno Jordán,, etc. Editado a trancas y barrancas, anárquica y aperiódicamente sin ánimo de ofender (o sí, quién sabe) ad maiorem gloriam de las cuatro (o ninguna) neuronas que le restan, o al menos así se supone por los menos entendidos, al escribidor que esto subscribe.

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jueves, marzo 01, 2012

TRESCIENTOS AÑITOS

Se dice pronto. Trescientos años de Biblioteca Nacional. Corrían los años setenta en su principio cuando salíamos de casa  por la mañana diciendo "me voy a la BiBi" y la familia entendía que no iríamos a comer, que,perdidos en los ficheros de la planta baja, tras haber dejado en ropería la trenca y los libros de la Facultad, pasaríamos media mañana, hurgando en las notas de nuestros cuadernos de apuntes para escarbar en bibliografías de lo más peregrino; y, como no, entre col y col lechuga, al rellenar arriba la petición de volúmenes, añadíamos uno extra, para desahogo, de novela, poesía, política o ensayo no relacionado con el objeto de nuestro estudio, porque luego la jornada sería larga y habría que diatraerse un ratito para volver a entrar en faena, aunque aquello no cansaba. El eterno silencio de la sala general, que se nos hacía inmensa, sólo levemente quebrado por los clic del encendido de las lámparas de los pupitres, las salidas a fumar a la cafetería, y, sobre todo, el que te trajeran los libros al pupitre adjudicado, hacía que te sintieses como en el regazo de una madre, todo paz y solicitud.
Nunca terminamos los estudios,pero no dejamos de asistir a la "BiBi" a preparar oposiciones, a bebernos los libros que no podíamos alcanzar por diversas razones e, incluso, a refugiarnos de los palos de la vida abstrayéndonos en manos de los libros, pues no eran ellos los que estaban en las nuestras sino nosotros en las suyas. Y estaba allí todo, !TODO¡ (Una vez llegué a encontrar informes de los Factory Inspectors, aquellos que citaba Marx)
Ahora estamos todos lejos, y tengo entendido que ha evolucionado mucho. Espero que para bien, porque se lo merece y porque no puede ser de otro modo. Yo sigo acordándome de la fecunda influencia que en mí ejerció.
!Felicidades, chavalota¡ Y que te dejen cumplir trescientos más tan lozana.