Quien ha provocado esto ha sido ese mercado y ese mercadeo financiero e inmobiliario. Durante mucho tiempo no se ha asociado capital y producción, sino capital y plusvalías resultantes de la no producción, o a ínfimo coste porque siempre ha salido rentable la deslocalización (sueldos, jornadas, componentes de inferior calidad con fecha inexorable de caducidad no declarada...); y si esta comporta a medio plazo posibilidades de fusión, absorción (todo lo que acabe en ón...), además, los que se hayan cargado la empresa se llevarán un plus de ineptitud milmillonario por los servicios prestados al capital financiero en detrimento del capital industrial. Dinero inexistente, por arte de magia, ha generado dinero virtual que los encorbatados han convertido en efectivo a cuenta de nuestras cuentas.
El sector Público, entretanto, agoniza. Tras la prolongada congelación salarial, un ilusorio remonte, y, de repente, ZAS. Curiosamente, mientras el Emperador Obama se pasa a Keynes, potenciando la inversión en el sector público, la derechona europea, y ZP con ellos, parece empeñada en el lema suyo de esta crisis: Más champán para nuestros niños (se aceptan góticas).