La prestigiosa sexóloga, ahora metida en cosas edilicias, Ana Botella ha vuelto a alucinar. Y es que ya no sé qué tipo de sustancia se administra para tales dislates. Desde la inefable disertación onírica sobre la hibridación de pera (Pirus sp.) y manzana (Malus domestica), y tal vez porque toda gran comunicación de calado científico necesita un periodo de sorda reflexión y constatación de datos, nos tenía, tiempo ha, absortos en la espera de su oráculo. Exangües y con las uñas a nivel de cutícula andábamos cuando al fin parió la burra. Y no se le apareció la Virgen, cosa a la que debe de estar más que acostumbrada, sino un DVD inexistente sobre trituradoras inexistentes de inexistentes fetos superdesarrollados. Vamos, que ha estado sembrada la susodicha. Con lo de la huelga de guionistas Hollywoodenses parece que quiere hacerse un sitio como esquirola en una versión apostólica de La Matanza de Texas 25 o en La Noche de los Muertos Inexistentes. ¡Y es que ella asegura haber visto cadáveres de sietemesinos triturados¡
Si no fuera por eso de “créanme, Irak tiene armas de destrucción masiva”, que le debe resultar familiar a la ex primera dama, tendríamos razones para estar totalmente sobrecogidos (más bien acojonados) ante tal atajo de Mengeles que esos rojeras tienen sueltos. Sin embargo, la hartura de mentiras insistentes que pugnan por convertirse en verdades a medias o al uno por cien, sumada al descaro con que especies venenosas son difundidas desde los púlpitos mediáticos, nos hacen pensar que las cosas van por otro lado.
En el indeciso gallinero que su cónyuge dejó se abre una vía para que Aznartella se haga con lo que les faltaba: Madrid. Y es que, si se va Gallardón (Sr. Ruiz), la sucesora legal es la sobrina del innombrable (Botella Llusiá) rector de la Complutense que empequeñeció la Universidad a base de grises mamporros.
Es urgente para ella estar en el candelero aun a riesgo de que quien la quiera bien le aconseje que cambie de camello, lo cual, por otra parte, sería lo más sensato; o, cuando menos, que se lo haga mirar. Porque ver fantasmas, ovnis, vírgenes, Elvis, etc., es una cosa y tiene su pase; pero ver vídeos inexistentes de trituradoras de niños y creerse que los ha visto es, además de tortuoso y sadomaso, un mal síntoma. Hay a quien el Poder enloquece (in exemplum el tal Aznar), pero demenciarse antes de catarlo me parece excesivo.
Si no fuera por eso de “créanme, Irak tiene armas de destrucción masiva”, que le debe resultar familiar a la ex primera dama, tendríamos razones para estar totalmente sobrecogidos (más bien acojonados) ante tal atajo de Mengeles que esos rojeras tienen sueltos. Sin embargo, la hartura de mentiras insistentes que pugnan por convertirse en verdades a medias o al uno por cien, sumada al descaro con que especies venenosas son difundidas desde los púlpitos mediáticos, nos hacen pensar que las cosas van por otro lado.
En el indeciso gallinero que su cónyuge dejó se abre una vía para que Aznartella se haga con lo que les faltaba: Madrid. Y es que, si se va Gallardón (Sr. Ruiz), la sucesora legal es la sobrina del innombrable (Botella Llusiá) rector de la Complutense que empequeñeció la Universidad a base de grises mamporros.
Es urgente para ella estar en el candelero aun a riesgo de que quien la quiera bien le aconseje que cambie de camello, lo cual, por otra parte, sería lo más sensato; o, cuando menos, que se lo haga mirar. Porque ver fantasmas, ovnis, vírgenes, Elvis, etc., es una cosa y tiene su pase; pero ver vídeos inexistentes de trituradoras de niños y creerse que los ha visto es, además de tortuoso y sadomaso, un mal síntoma. Hay a quien el Poder enloquece (in exemplum el tal Aznar), pero demenciarse antes de catarlo me parece excesivo.
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