Oyendo el
Stabat Mater de
Pergolesi, que tuve el privilegio de oír allá por 1979 en el teatro que hay en
la Plaza dela Paz de Castellón (lo más importante para mí era que en tal plaza residía, o había residido, el Bar Colón, ahora, según la costumbre, un banco o algo así¡). Era en lo más alto,tanto que daban vértigo aquellos bancales de madera , que parecían una escuela calvimista.
He vuelto a llorar.
Siento el dolor, siendo padre, de las madres.
A mis años, y con mi experiencia profesional y personal, de mis compañeras aprendo más que ellas de mí.
Me voy volviendo Mujer, porque conozco su día a día: mientras el OTRO va a mesa puesta, ellas trabajan a tres bandas.
Me vuelvo mujer. Eso sí, sigo siendo profundamente lesbiano.
Salud a tod@s.
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