(Nota: Puede este poema ser leído en cualquier orden. La colocación de las estrofas sólo cambia imperceptiblemente el tono, pero no el sentido)
CANCIÓN DEL DULCE DESALIENTO
Se ha doblado la pauta de la noche.
Desciende a lo sereno
para tomar asiento en los cerebros.
No hay ni habrá
signo de lucha.
¡Ah la tarde
risueña que acuchilla el cansancio!
En los ojos ideas aun vívidas
y el regusto de olores ondulantes.
Mézome ya indolente
sin intención de huella
que no sea tan sólo insinuada
para volverse pasto de otras huellas.
¡Ah el recuerdo!
Que diese fuerza o al menos colorido
o cuerpos, o voces, algo reconocible
para decir que sí, que no es fantasmas
lo que ansiábamos.
Definitivamente:
me asumo como reo
de la desesperanza que desechan
por sobrera los más aventajados
en el arte fatal
de la clarividencia.
Blog (Bitácora, si se prefiere) del Padre (que lo es) Don Francisco de Paula Gálvez e Inchausti y algunos de los heterónimos que con él transitan: Pakito Grillo, El Profano, Bruno Jordán,, etc. Editado a trancas y barrancas, anárquica y aperiódicamente sin ánimo de ofender (o sí, quién sabe) ad maiorem gloriam de las cuatro (o ninguna) neuronas que le restan, o al menos así se supone por los menos entendidos, al escribidor que esto subscribe.
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martes, julio 26, 2005
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