DIGRESIONES DE BRUNO JORDÁN

* 1 *
El hombre es un animal en celo permanente e indiscriminado. La mujer, en cambio, es selectiva en cuanto al momento y el objeto de su deseo.
* 2 *
Conducta antinatural y desordenada. Señor obispo, puestos a hablar de desorden: ¿Por qué no limpia primero su casa?. A lo mejor no le quedan después ganas de pontificar. A los que éramos objeto de tocamientos por parte de ensotanados con halitosis nos resulta hilarante, reír por no llorar, su punto de vista. A Dios rogando...
* 3 *
Dios no existe. Caso de existir, sería yo, pues todo pasa y yo permanezco. Cuando muera, ni siquiera eso.
* 4 *
Puestos a probar, es tan difícil demostrar la existencia de Dios como que el Pato Donald es el Creador del Mundo. Adoremos, pues, a Donald. Sería igual de reaccionario pero más divertido.
* 5 *
La ineptitud es un grado. Baste notar que se denomina funcionariado a la casta que menos funciona y más seguro tiene el porvenir.
* 6 *
Para un tratado de cómo la belleza es corroída: Hablar de lo bello, no definible y, por tanto, ad líbitum, es infinito. ¿Y si fuera inviable?
* 7 *
Mirar retratos propios es verse cadáver. Saber cómo te recordarán temprano o tarde.
* 8 *
El tema de la "santa asinitá"[1] no sólo es susceptible de asignación a la histórica miopía malintencionada de la Iglesia. De hecho, y tal vez por derivación de las enseñanzas de ésta, ha sido asumido con fruición por la Sociedad Civil en la estructura y funcionamiento de los partidos políticos.
* 9 *
El estado natural de cualquier persona medianamente comprometida con la propia existencia, o sea consciente, es la depresión. Una vez asumido esto, los momentos, pocos, en que el tono sube son disfrutados con toda intensidad. El error, tan extendido, de interpretar las cosas al revés sólo lleva a la idiotez o el suicidio.
* 10 *
El deseo, ya lo decía Thomas Mann, nace del desconocimiento. Con él evoluciona y con él se consume. Una vez alcanzado el conocimiento, aquel no tiene objeto.
* 11 *
Me resulta difícil soslayar cierta tendencia a la misantropía. Como medida profiláctica recurro al silencio y una especie de sordera autista. Imposible cuantificar el alud de sandeces por minuto que debería escuchar si no actuara de tal manera. Cada cual opina de los asuntos más peregrinos con ligereza temeraria; lo curioso es que casi todos opinan lo mismo del mismo modo.
* 12 *
El regusto de la provocación. Placer intenso, casi físico, la perplejidad del escandalizado y la secreta admiración de quien no se atreve por más que le encantaría.
* 13 *
La oncena tesis sobre Feuerbach. Poquito caso se le hizo y se le hace. Todo vuelve a escatologías y escolasticismos. ¿Quién nos salvará de los pregoneros de la salvación?. ¿Quién de los ontólogos?. ¿Quién de los herméticos hermenéuticos, de los masturbadores mentales aferrados a sus cuentas corrientes?. Y todo para ocultar el juego de las necesidades.
* 14 *
Resurgir tipo test de la pregunta de Politzer: ¿Por qué piensa el hombre? (Marcar con una [X] la respuesta correcta).
A} Porque tiene alma inmortal.
B} No piensa.
C} Como el burro de la flauta o la burra de Balaam.
D} Porque tiene cerebro.
* 15 *
La gente se nos muere antes de morirse. Los reencuentros esporádicos no pasan de ser la constatación de que el tiempo no deja huellas, arrasa.
* 16 *
Nos contraponen cielo e infierno. Dejando para otro momento cualquier discusión acerca de la vida eterna, novelando los miedos de los hombres, demos por sentada la existencia de tales lugares... Del primero nos dicen que consistirá en la felicidad por medio de una ininterrumpida contemplación de Dios. A él irán los que hayan vivido acordes con sus leyes. Del infierno son los que desoigan tales premoniciones. Casos como el limbo o el purgatorio no son más que una venta a plazos, por medio de letras-indulgencias, de las dos opciones anteriores y carecen de interés para quien tenga cierta solvencia vital. Puestos a elegir, definitivamente, prefiero el infierno. Al otro lado acudirían los que en vida negaron la vida propia y ajena para adorar al desalmado responsable de semejante desatino. En el infierno me encontraría a toda la gente buena.
* 17 *
Los augustos próceres nos sermonean, cuando se les acaba la posibilidad de reparto de prebendas, con lo que llaman "La Casa Común de la Izquierda". El primer problema que hallamos en sus melifluos cantos es que ellos dicen tener las escrituras de propiedad y, cómo no, andan empeñados en cobrarnos el alquiler o enviarnos a las mazmorras por deudas.
* 18 *
Escribir. ¿Para qué?. Es obvio: para que te lean. No existe, en este caso, la vía del desfogue. Es la diferencia con el adolescente que garabatea. La escritura para uno mismo no indica neurosis, es oligofrenia.
* 19 *
Interregno. De la dialéctica pura a la múltiple, en que aparece un término medio instalado en lugar del segundo combatiente, decantándose a un lado u otro según las circunstancias. ¡Y ese término gelatinoso equivale al ochenta por ciento!.
* 20 *
La cuestión de la crisis de valores es tan vieja como la del teatro, y tan permanente. Siempre, al igual que en la escena, es denunciada por quien incurrió en caducidad varios ciclos atrás.
* 21 *
No siendo católico, el sacrosanto deber de la hipocresía desaparece.
* 22 *
La infalibilidad del Papa: llover sobre mojado. No equivocarse al pontificar sobre algo indemostrable.
* 23 *
Te da una palmadita con falsa risa grave que amenaza eructar un entrecot.
- Me ha encantado. Me ha encantado. Debes pulirte, pero tienes madera. Oye, ¿Por qué no rimas?. Te voy a pasar mi último libro de sonetos. Me lo prologa............. Ven que te presento. Está muy bien situado y...
Después deglute el enésimo canapé al tiempo que saluda a otro egregio analfabeto funcional.
* 24 *
Se debe respeto a los creyentes. Al fin y al cabo, la fe en el más allá infunde cierto optimismo morboso pero inocuo y , en algunas ocasiones, genera formas sui generis de altruismo. A otros les da por morder esquinas.
* 25 *
Todo patriotismo parte de la base de la creencia en una alianza con Dios o la naturaleza. De no haber provocado tantos desafueros y sangrías se podría tomar a risa tal principio. Cada pueblo se considera elegido para una elevadísima misión sólo por él ejecutable; el Universo Mundo existe al servicio de semejante memez. Los otros no nos entienden y nos quieren mal. (Repítase en cada idioma).
[1] Santa burricie, que decía Giordano Bruno. Los burros encendieron la tea.